Aunque no soy un buen cocinero, quiero mostrarles una receta para el
paraíso tropical. Una las vistas impresionantes al océano como fondo.
Mézclelas con la flora y fauna del trópico. Añada
tramos de arena blanca y, finalmente, agregue puestas de sol increíbles.
Sírvase en frío con una buena dosis de yoga y obtendrá la fórmula ideal
para unas vacaciones naturistas por excelencia.
No
es de extrañar que en nuestro país haya tantos centros de retiro para
esta práctica. Se extienden a lo largo y ancho del territorio, así que
no hay excusas. Si pretende que su tiempo de ocio sea el momento
perfecto para equilibrar la mente, el cuerpo y el espíritu, ya no debe
buscar más. Hay muchas zonas en Tiquicia que son oasis de belleza y tranquilidad estupendos para ejercitarse.
Usted
aprenderá este arte ancestral así como las formas de control del
cuerpo. Concentrará la mente y utilizará las técnicas aptas para
respirar correctamente. El yoga destaca por ser una
forma muy particular de entrenarse. Además, se deshará de los efectos
dañinos del estrés de manera casi imperceptible. Si a esto le sumamos la
cálida hospitalidad y la disposición amable del tico, tendrá una
experiencia de primera categoría.
Más allá de las clases, encontrará otras actividades que le acelerarán el pulso y lo llenarán de adrenalina. Escoja entre el senderismo, la pesca, el dosel o el balsismo; todo rodeado de una vida silvestre sin igual. Visite la famosa isla del Coco o dese una vuelta por la isla de Chira, un viaje único en la costa pacífica. Por tales motivos, Costa Rica
se ha transformado en un destino multicultural, donde coinciden
turistas de todos los rincones del globo. El clima es perfecto para ir a
la playa, tomar el sol o nadar. Cientos de kilómetros de zonas costeras
le brindan oportunidades innumerables.
A
hora
bien, la mezcla de yoga y surf es un fenómeno en eclosión. Los
surfistas muestran interés por el primero; mientras que los yogis buscan
una nueva de aprovechar las olas. Y es que, de cualquier modo, ambas
disciplinas son complementarias, cual pastel con helados. De hecho, la
campeona mundial de surf en 9 ocasiones, Kelly Slater,
es una fiel defensora de esta combinación. El entrenamiento físico con
yoga para un surfista profesional es un activo insuperable. Las
posturas, el estiramiento y la meditación reorientan a los deportistas
acuáticos; ya que fortalecen los músculos que permiten el despegue y las
maniobras en el mar.
El enfoque mental, más allá de los beneficios
corporales por sí solos, son el secreto de figuras de renombre
internacional como la propia Slater.
Para quienes han hecho del yoga una forma de vida, el surf
les permite ejercitarse con más diversión. Incluso, si se mira con
detalle, ambas disciplinas comparten principios filosóficos. Aspectos
como la unidad y la armonía con el ambiente natural que los rodea, la
sensibilización con la práctica y el mejoramiento personal dan cuenta de
ello. También puede destacarse que montar sobre las olas no tiene
límites en cuanto a edad, sexo, raza o cualquier otro calificativo que
se le pueda ocurrir. Un detalle muy particular es que, aún en caso de
los más expertos, siempre queda una conexión emocional con el mar y un
respeto por su poder, lo que estimula la humildad en quienes lo
practican.
Después
de leer hasta aquí, usted se preguntará: «¿Dónde podré encontrar el
pastel con helados del que tanto me han estado hablando?». Pues le
revelaré la incógnita: véngase para el hotel Villas Pranamar. Es la elección idónea que mezcla belleza tropical, clases de yoga de calidad mundial, surf y muchas atracciones más por vivir.
Le ofrecen una variedad de habitaciones que se adecua a sus deseos. Sus
lujosas villas de dos plantas fueron construidas alrededor de la
piscina de agua salada con estilo libre. Todas tienen sala de estar,
jardines tropicales y una vista espectacular. Son la convergencia
perfecta entre la simpleza tropical, la brisa del mar y los acabados
espaciosos.
Anímese a conocer Santa Teresa, en el extremo sur de la península de Nicoya (Costa Rica).
Este es un pueblo costero tranquilo, donde encontrará tanto
costarricenses como extranjeros. Hay oficinas de banco y correos a la
vuelta de la esquina. Asimismo, el Parque Nacional Cabo Blanco está al lado, repleto de monos aulladores, iguanas, aves exóticas y enredaderas Tarzán.
Póngase
en contacto con ellos y encargue un paquete personalizado para sus
próximas vacaciones. Despierte la mente, rejuvenezca el espíritu y
nútrase en esta experiencia. Descubra en primera persona por qué el lema
«pura vida» caracteriza a esta pequeña nación centroamericana.
Por: Andrés Figueroa
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