martes, 9 de julio de 2013

Costa Rica le da la importancia necesaria a la comida orgánica.

  • Barefoot Gourmet, una compañía de alimentos orgánicos iniciada por el exconsejero delegado de AOL Europa, Andreas Schmidt, planea conectar a los clientes con productos libres de pesticidas
En el 2012, el fundador Andreas Schmidt y un pequeño equipo de colaboradores abrieron la tienda Barefoot Gourmet en Santa Teresa, en el sur la península de Nicoya. Esta sirvió de plataforma para aprender más acerca de lo que quieren los clientes y la mejor manera de vender alimentos orgánicos.

Para Schmidt, «lo bueno es que hay muchas granjas pequeñas en Costa Rica. Lo malo es que no tenían un sistema de distribución para llevar esa comida al mercado». Del mismo, se ha desarrollado una demanda creciente de esta clase de productos, motivo por el cual hay potencial para el proyecto.
Además de su sitio web, Barefoot Gourmet puso un centro de distribución de productos ecológicos en Guachipelín, Escazú. Según el perfil empresarial en Facebook, este lugar se ubica a 800 metros de Multiplaza, cerca de la escuela Blue Valley.

El dueño del emprendimiento guarda la esperanza de que la demanda se dispare una vez que se haya corrido la voz. Tiene la fe de que los hoteles y restaurantes se sumen a esta iniciativa de modo que su compañía pueda crecer y producir más alimentos.
Cabe recalcar que este nicho de negocio es revolucionario en tres ejes principales. En primera instancia, beneficia a los pequeños productores. Tal segmento constituye solo el 2% del mercado local. Por ende, Barefoot hará que muchos agricultores se ganen la vida. En segundo término, se acaba la búsqueda engorrosa de clientes para alimentos orgánicos. Al ser un proceso en línea, se conecta al productor local con el comprador local y se gestiona el transporte. Esto se vincula con la llamada globalización a escala, en la cual alguien en un lugar determinado puede relacionarse en beneficio mutuo otra persona en otro sitio.

El beneficio final es obvio: la preservación de la Tierra y de los recursos naturales. En ese sentido, la misión principal es lograr el bien común en lugar de la maximización de beneficios. «Desarrollamos la idea Barefoot como un sistema que puede cambiar uno de los mayores problemas que nos aquejan: la comida saludable que nos nos enferme ni que destruya el planeta», concluyó Schmidt.

Por su parte, el hotel y villas Pranamar en Santa Teresa tiene un historial de restauración en este tipo de comidas. Así, apoya iniciativas de corte orgánico, al tiempo que posee otras estrategias para la conservación y protección del medio ambiente. Aparte de las vistas espectaculares y una atmósfera relajante, disfrutará platos que nutren el cuerpo y despiertan los sentidos.

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