El Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF, por sus siglas en inglés), es una alianza global centrada en la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal. Este programa crea un marco de trabajo y de procesos para ayudar a los países a prepararse en cara a estos retos. Asimismo, asesora para acceder a incentivos financieros, demostrando cómo se pueden aplicar a nivel de país.
Costa Rica fue la primera nación del mundo beneficiada a través de dicha iniciativa. Ello fue resultado de sus esfuerzos para reducir sus emisiones por quema de bosques. Asimismo, tuvo que ver el aumento en la cobertura boscosa a lo largo y ancho del territorio nacional.
Nuestro país es el único Estado en América Latina que, lejos de disminuir la riqueza de su flora, se ha abocado a repoblar sus bosques y selvas. Lo anterior es debido a una voluntad de larga data que busca fomentar un programa de pago por servicios ambientales.
¡Deforestar ya no paga! La tendencia global valora la conservación y recuperación del bosque nativo. En ese sentido, la comunidad Portasol lleva la delantera. Ubicada en las zonas montañosas del Pacífico central costarricense, consiste en un complejo habitacional que incluye casas de habitación y alquiler de alojamientos, viviendas y búngalos. Su razón de ser es la conservación meditada del ambiente natural circundante. Los propietarios se comprometen a destinar una proporción de los terrenos a la protección ecológica. Así, estos permiten que exista un corredor biológico que disminuye las emisiones de carbono.
Por: Andrés Figueroa Vásquez.
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